Coronavirus en Carnívoros
Barrueta-Acevedo, F.M.
Introducción
Las
enfermedades infecciosas no son un problema reciente, sino que han
estado surgiendo a lo largo de la historia de la humanidad. Muchos
factores antropogénicos inciden en el surgimiento de las
enfermedades infecciosas emergentes, incluyendo eventos sociales,
cambios ambientales, políticas en salud pública, procedimientos
médicos, tráfico de fauna silvestre y otros factores1.
Con la expansión de la población humana, la creciente
transformación de la tierra y los cambios en el uso de los recursos
naturales, se da una mayor tasa de contacto entre humanos, los
animales domésticos y la fauna silvestre2
3.
En
la literatura se han descrito diferentes virus potencialmente
peligrosos para los carnívoros4,
así como los factores determinantes en el surgimiento de los
mismos5,
y el impacto directo de estos en diferentes poblaciones silvestres6;
e indirecto, en las poblaciones humanas, entre los que destacan
aquellos causantes de las enfermedades infecciosas emergentes7.
Cabe destacar que el conocimiento de la triada epidemiológica en la
presentación de estas enfermedades, nos permite tener mejores pautas
para su manejo.
Desde
el punto de vista microbiano, se pueden identificar tres aspectos
fundamentales. El primero, que los patógenos emergentes son
predominantemente virales; numéricamente los virus ARN dominan,
constituyendo el 37% de todos los patógenos emergentes; forman parte
de estos, los virus patógenos que aparentemente entraron en las
poblaciones humanas en las últimas décadas, como el coronavirus
asociado al SARS. Segundo, los patógenos emergentes tienen, por lo
general, un amplio rango de hospederos, que incluye varios órdenes
de especies de mamíferos y no mamíferos, y la mayoría son de
origen zoonótico7 8. Tercero, los
patógenos emergentes tienen cierto grado de flexibilidad biológica
que les permite aprovecharse de nuevas oportunidades epidemiológicas
para ingresar a las poblaciones humanas o animales8 1.
Durante estos últimos años del
siglo 21, se ha reportado un incremento drástico en el número de
coronavirus descubiertos y las mutaciones presentes en sus genomas9,
lo que resalta su importancia.
Desde la perspectiva del
hospedero, sabemos que los carnívoros juegan un papel fundamental en
la dinámica de los ecosistemas10, influyendo en la
evolución de las especies presa y constituyendo un factor
amortiguador en el incremento de sus poblaciones, lo que hace
imprescindible su conservación. Sin embargo, a medida que los
ambientes naturales son alterados por el hombre u otros factores, los
carnívoros presentan una mayor probabilidad de extinción11
12.
En cuanto al ambiente, la
fragmentación del hábitat es uno de los problemas más severos, en
virtud de que genera cambios en el entorno físico y biológico,
favorables a la proliferación de enfermedades, afectando
negativamente la biodiversidad13.
Generalidades de los coronavirus
Los
coronavirus son una familia de virus ARN, que infectan a una gran
variedad de mamíferos y aves, pudiendo causar distintas
enfermedades, principalmente respiratorias y gastrointestinales 14,
tienen
un diámetro aproximado de 100nm, son los virus más grandes de ARN
de sentido positivo. Pertenecen al grupo de los nidovirales, que
producen un grupo anidado de ARNm con terminales 3’ en común,
tienen nucleocápsides helicoidales, así como una envoltura derivada
de las membranas intracelulares y no de la membrana plasmática. En
las micrografías electrónicas se ven con unas espigas saliendo de
sus superficies, lo que da origen a su nombre15.
El
gran tamaño del genoma, aunado a la carencia de lecturas de
corrección en la ARN polimerasa, hace que los coronavirus tengan una
alta tasa de mutación14.
Hay
una alta frecuencia de recombinación en los coronavirus, lo cual no
es típico de virus no segmentados de ARN. Esta alta tasa de
recombinación resulta en la rápida evolución del virus y en la
formación de nuevas cepas
16.
Historia
evolutiva
Los coronavirus se
dividen filogenéticamente en tres grupos diferentes:
alfacoronavirus, betacoronavirus y gamacoronavirus. Entre los tres
grupos de coronavirus, la filogenia del grupo 1 es la menos
estudiada. Aunque se ha propuesto que el grupo 1 de los coronavirus
puede ser subdividido en los subgrupos 1a y 1b, basándose en el
agrupamiento filogenético del grupo 1a de los coronavirus, y en más
del .90% de identidad del genoma entre los miembros de este subgrupo,
no existe evidencia genómica adicional, tal como contenido de genes,
Secuencia Reguladora de la Transcripción (TRS) u otra evidencia
genómica única, como la existente en los subgrupos de los grupos 2
y 3, que respalde tal clasificación. Para el subgrupo 1b, además de
la ausencia de evidencia genómica, no hay agrupamiento filogenético,
por lo que algunos autores los consideran dentro de un mismo grupo9.
Modelo de evolución de coronavirus. Fuente: Woo et al, 2009. |
Aunque la
subclasificación actual del grupo 1 de los coronavirus en los
subgrupos 1a y 1b no sea la ideal, el mejor ejemplo documentado de
generación de especies de coronavirus a través de recombinación
homóloga, lo representa la generación del coronavirus felino (FcoV)
tipo II o virus de la peritonitis infecciosa felina (FIPV), por una
recombinación doble entre el FcoV tipo 1 y el coronavirus canino
(CCV)17. Esto se observó originalmente al notar que la
secuencia S en el FcoV tipo II estaba estrechamente relacionada a la
del CCV, pero la secuencia E, estaba relacionada a la del FcoV tipo
I. Esto sugiere que pudo haber existido una recombinación homóloga
entre el extremo 3’ del genoma del CCV y el del FcoV tipo I, dando
lugar a la formación del FcoV tipo II9.
Coronavirus
en carnívoros
Epidemiología
Distribución
y diseminación
Son
de distribución mundial, aunque considerados endémicos en distintas
poblaciones. El coronavirus felino ha sido considerado por algunos
autores como endémico en poblaciones de gatos ferales o en albegues
para gatos18, mientras que el coronavirus canino se ha
reportado como endémico en refugios para perros y en poblaciones
grandes de mapaches o tejones.
La
transmisión puede darse de manera intraespecífica o
interespecífica. Son virus altamente contagiosos,
sin necesidad de contacto directo con otro animal infectado. Las
crías se ven afectadas al infectarse cuando los anticuerpos maternos
declinan y al igual que los adultos, entran en contacto con heces y
fluidos contaminados de otros individuos19.
Los extremos etáreos presentan mayor susceptibilidad.
Hospederos
y Reservorios
Los coronavirus que
afectan a los carnívoros se encuentran dentro del grupo 1, subgrupo
1a, de la familia Coronaviridae16.
También se ha detectado un coronavirus del grupo 2 en el tracto
respiratorio de algunos perros domésticos17. En
diversos estudios serológicos realizados en cautiverio, se han
detectado anticuerpos o se ha logrado aislar el virus en perros20
3 y gatos domésticos, hurones21,
guepardos, gato montés, jaguar, león africano, tigre siberiano y
leopardo de las nieves22. En las poblaciones
silvestres, se han detectado anticuerpos contra coronavirus en lobo
de crin23, guepardo24 25,
zorro de las pampas, zorro cangrejero26, lince rojo,
zorra gris27, licaón, hiena manchada, chacal, león28,
civeta, perro mapache y tejón turón chino3. Los
coronavirus que afectan con mayor frecuencia a los carnívoros son el
coronavirus canino y el coronavirus felino, ambos altamente
relacionados genéticamente29. El coronavirus felino
está comprendido por dos biotipos patógenos: el virus de la
peritonitis infecciosa felina y el coronavirus entérico, divididos a
su vez en los serotipos I y II 3 30 16.
Otros miembros del subgrupo 1a de
la familia Coronaviridae,
que afectan a los
carnívoros, son
el Virus de la Gastroenteritis Transmisible (TGEV)31,
el Coronavirus del Perro Mapache (RDCoV) y el Coronavirus del Tejón
Turón Chino (CFBCoV)32.
Patogenia
Mecanismo
de transmisión
Los
coronavirus poseen genes que codifican para la polimerasa viral (Pol)
y cuatro proteínas estructurales: de espiga, envoltura, membrana y
nucleocápside (S, E, M, N). Las funciones biológicas e
inmunológicas más importantes de los coronavirus, radican en la
proteína S.34 Esta es
una glicoproteína transmembranal de 150k, con tres dominios: el
dominio externo grande (con dos subdominios), la secuencia
transmembrana y el dominio interno pequeño. El dominio externo
(N-terminal) se pliega en forma globular y forma las estructuras de
espiga en las micrografías electrónicas. Esta región da al virus
sus propiedades antigénicas y contiene el sitio de unión para el
receptor de superficie celular. La
parte interna de la proteína S, la cual puede exponerse con una
unión a la célula huésped, es responsable de la fusión de
membranas. La proteína S tiene una región similar a los receptores
Fc-gamma de las inmunoglobulinas, permitiendo que el virus se cubra
con estas proteínas protegiéndose de ataques inmunes. La proteína
S puede unirse a ácido siálico (ácido 9-O-acetil neuramínico) en
la superficie de la célula huésped, lo que proporciona al virus la
capacidad de hemoaglutinación33.
Signos
clínicos y lesiones
La
infección por los biotipos entéricos de coronavirus felino es común
y generalmente está confinada al tracto gastrointestinal del animal,
causando una enteritis de intensidad media 15
o inaparente 34
16.
En contraste, la infección por biotipos más virulentos, como el
virus de la peritonitis infecciosa felina, causan una enfermedad
fatal inmunomediada, con una amplia variedad de signos clínicos,
entre los que destacan la presencia de peritonitis y pleuritis31
35
36.
Existe evidencia genética que indica que el biotipo virulento FIPV
ha evolucionado a partir de la forma entérica avirulenta por
mutación de un individuo a otro 37.
En
el caso del coronavirus canino, este causa infección repentina del
intestino, teniendo como resultado desde la ausencia de manifestación
de signos clínicos, hasta una enfermedad severa. Los signos incluyen
náusea, vómito, anorexia y diarrea, a menudo sanguinolenta. También
pueden verse afectados los pulmones y el sistema respiratorio.
Diagnóstico
El
diagnóstico antemortem es difícil, debido a la inespecificidad de
signos clínicos, ausencia de anormalidades patognomónicas y la poca
sensibilidad y especificidad de las pruebas diagnósticas de rutina.
El diagnóstico certero se basa en la historia clínica, hematología,
serología, biopsia de tejido y RT-PCR30.
Pruebas
diagnósticas generales
La
titulación de anticuerpos en suero es sumamente útil como
herramienta diagnóstica para la detección de la infección. Sin
embargo, esta no refleja el estado actual de la misma. En algunos
animales infectados, se puede presentar una titulación muy baja de
anticuerpos, o incluso una ausencia de los mismos debida a que estos
se encuentran ligados al virus presente en el organismo16.
En
el caso de la peritonitis infecciosa felina, al ser una enfermedad
inmunomediada, los complejos antígeno-anticuerpo pueden circular en
el suero y efusiones. Los complejos circulantes pueden ser detectados
usando una prueba de ELISA16. Sin embargo, la utilidad de
esta prueba es limitada debido a que su valor predictivo positivo no
es alto (67%) y por lo tanto, hay muchos resultados
falso-positivos23.
RT-PCR
Existen
varios reportes de detección de coronavirus mediante RT- PCR.Estas
pruebas podrían considerarse una herramienta muy valiosa para
conocer la situación del virus en distintas poblaciones. Su
sensibilidad y especificidad puede incrementarse usando RT-PCR en
tiempo real. Sin embargo, en el caso de coronavirus felino, esta no
puede distinguir entre los dos biotipos existentes. Se puede realizar
a partir de sangre, suero, heces u otros fluidos contaminados. La
cantidad de ARN extraido de muestras frescas es significativamente
mayor que la de tejidos fijados en formalina, etanol o solución de
Bouin. Comparada
con la serología, la RT-PCR tiene la ventaja de detectar de manera
directa la infección latente y no una exposición previa a
coronavirus 16.
Histopatología
e inmunohistoquímica
De
gran utilidad para el diagnóstico de peritonitis infecciosa felina,
es considerada la prueba de oro. En las tinciones de hematoxilina y
eosina, típicamente se observa inflamación localizada con
macrófagos, neutrófilos, linfocitos y células plasmáticas. Pueden
observarse lesiones vasculares rodeadas por la proliferación de las
células inflamatorias o la presencia de piogranulomas. Las
pruebas inmunohistoquímicas, tales como la inmunoperoxidasa, puede
ayudar a la detección de anticuerpos contra FcoV en tejido16.
Tratamiento
El
tratamiento para la infección por coronavirus se da en individuos en
cautiverio, es sintomático y dependiendo de la severidad de los
signos, puede incluir terapia de fluidos intravenosa, antibióticos
para evitar infecciones secundarias, antieméticos y cambios en la
alimentación, entre otros. Debe desinfectarse el área donde se
encuentran los individuos, lo cual se logra con la mayoría de
desinfectantes comerciales18.
Prevención
Los
coronavirus canino y felino, se controlan mediante
la vacunación para algunas especies en cautiverio. Existen vacunas
disponibles
tanto de virus muerto como de
virus vivo modificado. Las vacunas de virus
muerto pueden contener CCV o Coronavirus
Entérico Felino 16
18.
En
un sitio libre de coronavirus, se deben realizar pruebas a todos llos
individuos que van a ingresar al mismo, para evitar que entren
animales seropositivos. Es importante que los individuos provengan de
lugares libres de la enfermedad. Como en todas las enfermedades
infecciosas, se debe cuarentenar a cualquier individuo que entre a
una nueva colección por 12 semanas y realizar pruebas nuevamente18.
Importancia
en salud pública
La
emergencia del coronavirus del SARS en los humanos, constituye un
ejemplo real de un virus ARN utilizando sus capacidades moleculares
para alterar su rango de hospederos. Esto es importante, ya que en
los reportes de los primeros casos de SARS en Guandong, se veían
afectados los empleados de mercados de carnes exóticas. Los
individuos infectados, generalmente manipulaban a los animales recien
capturados de vida libre. Además, las infecciones identificadas en
los controles siguientes a la epidemia primaria de SARS, estuvieron
asociados con restaurantes que preparaban y servían carne de
civeta29 33.
Análisis
de muestras obtenidas de animales silvestres, han detectado algún
tipo de coronavirus en una gran cantidad de especies de carnívoros
silvestres, y han identificado a la civeta de palma (Paguma
larvata), el tejón chino (Melogale moschata) y los perros
mapache (Nyctereutes procyonoides) como reservorios
potenciales de SARS. De estas dos especies, la mayor atención la
recibe la civeta, debido a la capacidad del virus del SARS de
permanecer en los animales infectados por más de dos semanas
posteriores a la infección inicial39
Lo
anterior, podría suponer un riesgo de nuevas mutaciones que afecten
a los humanos si continúa incrementándose la tasa de contacto entre
estos y los carnívoros silvestres. Sin embargo, es importante
señalar que la mayor parte de las infecciones en el curso de la
epidemia fueron debidas a transmisión entre seres humanos. La
diseminación de enfermedades infecciosas como el SARS entre humanos
se ve facilitada por la densidad poblacional en aumento, con su alto
grado de conexión a través de los viajes de larga distancia y con
el incremento de zonas urbanas densamente habitadas33 39.
Programas
de manejo
Las
enfermedades han sido reconocidas como un factor de riesgo
significativo en los programas de conservación que involucran
movimientos de animales, tales como introducciones, reintroducciones
y suplementaciones. El riesgo de enfermedad es importante, no solo
para las especies en las que se enfocan los programas, sino para las
especies que habitan los sitios donde los animales serán liberados.
El interés acerca de los procesos de la enfermedad y su impacto, se
extiende a diferentes áreas de interes, incluyendo los campos de
biología de la conservación, manejo de fauna silvestre y medicina
veterinaria, así como a la agricultura y la medicina humana. Sin
embargo, el riesgo de enfermedad ha demostrado ser difícil de
determinar y cuantificar en el contexto de un programa de
conservación. El creciente reconocimiento de que las enfermedades
pueden afectar en gran medida la viabilidad de las poblaciones, y en
consecuencia, el éxito o fracaso de los programas de conservación
ha conducido a diversos esfuerzos de grupos o individuos, para
desarrollar algunas medidas razonables para determinar el riesgo que
determinada enfermedad representa para un programa particular,
desarrollar un entendimiento de los factores involucrados y tomar
decisiones razonables en base a los puntos anteriores29.
Translocaciones,
adiciones y remociones
Las
translocaciones de fauna silvestre se vienen practicando desde hace
muchos años alrededor del mundo. En 1987, la Unión Internacional
para la Conservación de la Naturaleza (UICN), definió a la
translocación como la introducción, reintroducción o repoblación
de animales hacia o dentro de un área. Esta definición incluyó,
posteriormente, el traslado de animales de una parte de su área de
distribución a otra, introducciones benignas, reintroducciones y
refuerzos/ suplementaciones. La translocación considera dos
conceptos muy importantes: introducción y reindtroducción39.
Se
entiende por el término reintroducción, el movimiento intencionado
de un organismo a una parte de su área nativa de la cual ha
desaparecido o ha sido extraído en tiempos históricos como
resultado de las actividades humanas o catástrofes naturales.
Cualquier actividad que suponga la liberación de animales en un área
determinada, debería estar sujeta a normas o criterios generales,
entre los que destacan41:
- Debe realizarse previamente un estudio ecológico intensivo de la especie, así como del área destinada a la liberación, considerando las condiciones ambientales pasadas, presentes y los cambios futuros previsibles.
- La liberación no debe suponer perturbaciones del ecosistema ni de ninguna especie integrante del mismo.
- Se debe diseñar cuidadosamente el programa de captura, transporte y liberación, ajustándose a las necesidades individuales de las especies involucradas y de las poblaciones de procedencia.
- Debe realizarse un plan de emergencia para interrumpir el programa de liberación si las predicciones iniciales no se cumplen satisfactoriamente.
- Todas las decisiones deben estar bajo supervisión científica y deben adaptarse a las condiciones socioeconómicas del entorno.
Es
bien sabido que existe cierto grado de riesgo de enfermedad en las
translocaciones de animales silvestres. Epidemias causadas por
enfermedades infecciosas han resultado de la translocación de
animales, un ejemplo de ello lo constituye la malaria aviar. El
riesgo se ve probablemente incrementado por la translocación de
animales criados en cautiverio, o en especies que han estado
presentes en un rango geográfico o ecosistema diferente. Cuando la
translocación se encuentra en estado de planeación, deben
determinarse los riesgos y las medidas que se adoptarán para
aminorarlos. El conocimiento de los agentes infecciosos presentes en
los animales que serán translocados, así como los de las
poblaciones receptoras es necesario, y esto puede presentar algunas
dificultades40 41.
Pueden
requerirse muestreos de barrido para la detección de patógenos
antes de llevar a cabo la translocación de animales. La eliminación
de estos, en caso de no estar presentes en la población receptora o
en el ecosistema, es necesaria. Los animales translocados deben ser
monitoreados después de la liberación y deben examinarse los
animales enfermos o muertos. Las investigaciones acerca de las causas
de morbilidad y mortalidad proveerán información sobre el estado de
salud de la población y darán un aviso oportuno sobre la presencia
de patógenos en la misma, lo que podría comprometer los objetivos
de la translocación42.
No
existen medidas manejo específicas para coronavirus en carnívoros
silvestres en los programas que implican movilizaciones de animales,
tales como translocaciones, adiciones o remociones, aunque se ha
reportado la presencia de estos en muchas especies durante
evaluaciones generales de la salud de las mismas. Para los
movimientos de poblaciones silvestres, sin embargo, podrían
utilizarse los programas generales de monitoreo y añadir a estos el
diagnóstico de coronavirus y las estrategias de manejo apropiadas
para esa población.
Manejo
en brotes y epidemias
Este
tipo de manejo suele tener éxito únicamente en poblaciones en
cautiverio, en las que pueden ser manipulados los factores externos,
y ha sido reportado en albergues de gatos y perros, en donde se
excluye o separa a los animales seropositivos; así como en
zoológicos, en los que el manejo se basa en el tratamiento de los
individuos infectados 18 19.
Erradicación
Aunque
se tiene poco conocimiento acerca de las enfermedades que afectan a
la fauna silvestre, pueden tomarse ciertas medidas cuando se inicia
un esquema de translocación, que ayudarán a la reducción de riesgo
de enfermedades. Por ejemplo, realizar pruebas diagnósticas para
patógenos conocidos a los animales que serán translocados, realizar
necropsia de todos los animales, tanto los muertos en cautiverio,
como en vida libre. Los datos obtenidos a partir de estas
investigaciones, pueden ser usados para modificar los programas de
translocación44. La filosofía de riesgo cero es
inalcanzable en los programas de conservación de vida silvestre que
involucran movimientos de los animales. Sin embargo, este debe
reducirse en la medida de lo posible43.
En
cautiverio, la eliminación de animales seropositivos ha demostrado
ser eficiente para la erradicación de coronavirus en esas
poblaciones19.
Debido
a la naturaleza de los coronavirus, su alta tasa de mutación y la
gran cantidad de hospederos para los mismos, no es posible realizar
programas efectivos de erradicación en carnívoros silvestres, pues
la remoción de las especies no representa una opción viable debido
al costo, tanto económico como ecológico, que esto representaría.
Se ha podido observar con otros virus39, que esta clase
de manejo, termina afectando a la especie involucrada y el ecosistema
al que pertenece, y no logra la erradicación de los mismos. Sin
embargo, con la finalidad de evitar un salto interespecífico, puede
disminuirse la tasa de contacto entre los reservorios y las especies
susceptibles, evitando factores como la fragmentación de hábitat y
la deforestación, asociados a la transmisión y emergencia de
enfermedades infecciosas. Experiencias de manejo de patógenos con
diferentes hospederos en África, concluyen que los esfuerzos de
conservación deben enfocarse en el mantenimiento de metapoblaciones
que puedan compensar las pérdidas generadas por estos45.
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