Barrueta-Acevedo, F.M.
Introducción
El
adenocarcinoma es un tumor canceroso que aparece en las células
glandulares que revisten algunos órganos internos. Constituye el
principal tipo de tumor hepáticos maligno primario. Existen
numerosas etiologías asociadas a este padecimiento, entre ellas:
infecciones virales, bacterianas o parasitarias causantes de
cirrosis, así como exposición a diferentes sustancias químicas,
hígado graso y enfermedades autoinmunes. El diagnóstico.
Anteriormente, se diagnosticaba en su etapa tardía. Sin embargo,
gracias al avance de la tecnología y la utilización de la ecografía
y otras pruebas diagnósticas, el diagnóstico puede realizarse de
manera temprana. El presente artículo, describe la presentación de
un caso clínico de adenocarcinoma hepático en un ejemplar de coyote
(Canis latrans).
Causas
Las
principales causas de adenocarcinoma hepático, son aquellas que
pueden producir una cirrosis hepática, tal como infecciones virales,
bacterianas o parasitarias, y la exposición a diferentes sustancias
químicas. Determinadas hepatopatías, como la hemocromatosis o la
porfiria cutánea tardía, incrementan el riesgo de padecer este tipo
de tumores. Otros factores de riesgo para el desarrollo de
adenocarcinoma hepático, lo constituye el uso prolongado de
anticonceptivos orales, hígado graso y enfermedades autoinmunes.
Las
aflatoxinas producidas por ciertas especies del hongo Aspergillus
son un carcinógeno y favorecen la aparición de hepatocarcinomas si
se alojan en el hígado.
Signos
Habitualmente
el hepatocarcinoma no presenta signos característicos. Debido a que
la mayoría de las veces estos tumores se desarrollan sobre hígados
cirróticos, los signos que pueden observarse son aquellos de la
cirrosis hepática. Un porcentaje mínimo de pacientes que
desarrollan hepatocarcinoma a partir de un hígado sano, puede
presentar signos inespecíficos como dolor, pérdida de peso, masa
palpable, etc. Los signos descritos con mayor frecuencia incluyen:
- Hipoglucemia. Producida por el metabolismo energético del tumor y la secreción de sustancias semejantes a la insulina.
- Eritrocitosis. Por la secreción de eritropoyetina.
- Hipercalcemia. Por secreción de hormonas relacionadas con la paratohormona.
- Diarrea acuosa. Por secreción de péptidos intestinales vasoactivos del tipo de las prostaglandinas.
- Signología cutánea. Dermatomiositis, queratosis seborreica, etc.
- Sensibillidad o dolor abdominal, particularmente en el cuadrante anterior derecho.
- Agrandamiento del abdomen. Debido a ascitis.
- Tendencia al sangrado o a la formación de hematomas.
- Ictericia.
Patogénesis
El
adenocarcinoma hepático, se desarrolla cuando aparece una mutación
en el mecanismo de reparación y función celular, que ocasione que
la célula se reproduzca a un ritmo más elevado y/o genere una
célula incapaz de desarrollar apoptosis. En concreto, las
infecciones crónicas por algunos agentes infecciosos pueden
favorecer el desarrollo de hepatocarcinomas, al provocar que el
sistema inmunológico ataque a las células del hígado. Este
constante proceso de daño y reparación puede llevar a errores
durante la reparación, produciendo una carcinogénesis.
Diagnóstico
La
prueba diagnóstica de elección, debida a su coste-efectividad, son
la ecografía. En pacientes con alta sospecha de hepatocarcinoma,
debería realizarse una TAC abdominal con medio de contraste
intravenoso y un escáner de tres fases (antes de la administración
del contraste, inmediatamente después de la administración y un
poco más tarde), lo que permite la mejor detección de tumores
pequeños. Al realizar la TAC, el hepatocarcinoma puede presentar
tres patrones de crecimiento:
- Un único tumor de gran tamaño.
- Múltiples tumores.
- Un tumor poco definido con patrón de infiltración.
Una
alternativa a la TAC la constituye la Resonancia Magnética. Sin
embargo esta prueba es muy costosa. La biopsia de hígado confirma el
diagnóstico. Las pruebas de función hepática pueden estar
alteradas. El examen físico es de poca utilidad en fases precoces o
intermedias, cuando el tumor es tratable.
Complicaciones
Puede
presentarse cualquier complicación asociada a la enfermedad hepática
subyacente o a cualquier proceso tumoral, entre estas: hemorragia
gastrointestinal, ascitis, insuficiencia hepática, pérdida de peso,
astenia, etc. Así mismo, las derivadas de la progresión local,
tales como trombosis de la vena porta, infrecuentemente a nódulos
linfáticos o metástasis.
Tratamiento
El
tratamiento de un hepatocarcinoma es muy difícil debido a su
localización. Sin embargo, actualmente se dispone de distintas
opciones, como:
- Para los pacientes con un tumor menor a dos centrímetros, y con una cirrosis con función totalmente normal, lo indicado es la resección quirúrgica, siempre que la localización lo permita.
- Para pacientes con cirrosis, y hasta tres tumores pequeños, la mejor opción es el transplante de hígado.
- En pacientes con tumores más grandes, sin diseminación extrahepática, la opción es la quimioembolización. Este tratamiento logra reducir el tumor, luego, dependiendo del caso, el tumor se puede resecar o se puede realizar un transplante al paciente.
- Cuando el tumor desarrolla metástasis o es muy grande, puede tratarse con sorafenib, único medicamento que se ha demostrado, logra reducir el tumor y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Actúa bloqueando una vía de señales del ciclo celular, impidiendo la proliferación de células cancerosas y la angioneogénesis, con lo que se logra la paralización del crecimiento del tumor, mejorando la calidad de vida del paciente. Existen otros medicamentos que se encuentran actualmente en fase experimental, entre estos: Sunitnib, Bevacizumab, Cediranib, Vatalanib, Britanib, Vandetanib, Erlotinib, Cetuximab, Gefitinib, Lapatanib, Dasatinib y Everolimus.
Pronóstico
Este
dependerá de la etapa en que se encuentra el cáncer, considerando
el grado de invasión del tejido hepático y extra-hepático, por
metástasis; así como del estado de salud en general. Sin embargo,
suele ser reservado a grave, y en la mayoría de los casos el
tratamiento suele ser una herramienta para mejorar la calidad de vida
y no para la cura de la enfermedad.
Presentación
de caso
Se
describe el caso de un ejemplar de coyote (Canis latrans),
macho, de 5 años de edad, que es referido al hospital del zoológico
la jungla, por presentar anorexia, apatía y epistaxis leve, con
secreción nasal mucopurulenta de una semana de evolución. Al examen
físico se aprecia masa cervical de aproximadamente 5x3cm y disnea
moderada, se realiza toma de placa radiográfica, para descartar
masas en cavidad torácica. Se realiza hempgrama y bioquímica
clínica básica, mostrando esta leve incremento de las enzimas
hepáticas. Se administran fluidos, hepatoprotectores, y se procede a
la remoción quirúrgica de la masa cervical, mejorando con esto la
respiración. A pesar de lo anterior, el ejemplar presenta vómito al
intentar deglutir. Debido a lo anterior, se brinda al animal alimento
suave, enlatado, con alto contenido calórico. Al décimo día, el
animal muere.
A
la necropsia se observa masa cervical, la cual obstruye parcialmente
la luz del esófago y el hígado se observa infiltrado por lesiones
nodulares de coloración blanco-amarillenta y consistencia firme,
mismas que son enviadas para estudio histopatológico. Dicho estudio
revela colestasis importante; el nódulo observado se encuentra
infiltrado por tumor epitelial, el cual está compuesto
predominantemente por formaciones glandulares, irregulares e
incompletas; presenta marcada atipia estructural, distorsión en su
arquitectura, los núcleos son pleomórficos, hipercromáticos, con
abundante carioplasma, nucleolo prominente, pérdida de relación
núcleo-citoplasma, engrosamiento de envoltura nuclear; se observa
escasa cantidad de mucina siálica extracelular; presenta necrosis
extensa, hemorragia e infiltrado inflamatorio severo, a expensas de
neutrófilos. Concluyendo como diagnóstico un adenocarcinoma.
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